El liderazgo adaptativo es una de las habilidades más prominentes que debe ser desarrollada por los directivos actualmente, ya que a través de este es posible logren ajustar las estrategias de gestión en un contexto que como se conoce con la llegada de la IA generativa luego de la gran pandemia del 2019 es volátil y de rápido cambio (Yawson & Johnson-Kanda, 2018). Ahora, dado que el mundo empresarial muchas veces logra perder el ritmo frente a la velocidad de estos cambios y este gran proceso disruptivo tecnológico, los líderes del hoy y del mañana deben prepararse para ser flexibles en sus estilos de liderazgo, esto quiere decir, se capaces de adaptarse a la misma velocidad que las tecnologías emergentes lo hacen y así mismo sus procesos y su cultura organizacional (Levy, 2021).

Por supuesto, esto es un desafío enorme y de gran proporción porque requiere esfuerzos longitudinales y holísticos para poder perpetuarse en el mercado como una organización competitiva, innovadora y con una cultura estable frente a los desafíos del entorno (Goniewicz & Hertelendy, 2023).De este modo, el poder tomar decisiones con base en datos cambiantes en tiempo real y a la misma velocidad, es tener esa capacidad de hacerlo bajo cualquier escenario, incluido el de incertidumbre donde se deben considerar más de una variable al tiempo y donde se deben anticipar los cambios que se avecinan (Challa, Padmalatha, & Krishna, 2021).

En este punto, es importante destacar que la gestión del cambio organizacional a través de su enfoque estructurado y sistemático puede ser una gran herramienta para garantizar la exitosa transición, por lo que entonces, los líderes deben preocuparse más en guiar a sus equipos a través del cambio con la ayuda de modelos como el propuesto por Vergara y Castro (2024) denominado “Modelo Integrado de Gestión del Conocimiento para la Innovación y Competitividad Organizacional”, el cual hace referencia al ciclo constante de creación, almacenamiento, distribución, aplicación y evaluación de conocimiento, que, cuando se implementa adecuadamente, permite a los líderes facilitar el cambio e integrarlo con éxito en la cultura para así crear una organización de mejora continua.

Este modelo propone seis componentes clave que incluyen creación, almacenamiento y recuperación, distribución, aplicación, evaluación y perfeccionamiento y cultura. Están interconectados y permiten a las empresas no solo retener el conocimiento sino también utilizarlo de manera efectiva para abordar desafíos críticos y mejorar la viabilidad a largo plazo. Además, la propuesta de los autores discute el modelo MIGCICO en términos de desarrollo de competencias en la era digital. Actualmente, este modelo presenta la gestión del conocimiento como una competencia clave para el éxito organizacional en donde los gerentes se están viendo obligados a adquirir habilidades para trabajar con equipos remotos y usar herramientas digitales para abordar la complejidad de la creación de conocimiento y aplicarla sistemáticamente, ya que es precisamente en este contexto de trabajo remoto que se requiere una cierta cantidad de liderazgo para dirigir a los equipos distribuidos y garantizar que el conocimiento esté disponible y se utilice adecuadamente en toda la organización. Así pues, este modelo es totalmente adaptable para que organizaciones de diferentes tamaños y sectores pueden personalizar según sus necesidades específicas.